Imagino que te gusta cuidarte y comer sano, además de sentirte bien a todos los niveles. Es probable que a lo largo de tu vida hayas probado a hacer dietas que no te han funcionado. Y es que el secreto está en elegir una alimentación que sea equilibrada, placentera y disfrutes mientras te cuidas.

Si estás buscando una forma de comer con la que estás en tu peso saludable y te permite comer los alimentos que realmente te gustan, la macrobiótica es excelente para tu bienestar físico y mental. Te proporciona equilibrio, claridad mental, mejora el estado de ánimo, aporta energía y promueve la salud y el bienestar a largo plazo.

Os cuento que, desde que conocí la macrobiótica, mi vida cambió, pues no sólo mejoré mi aspecto físico, ya que desde adolescente siempre le di mucha importancia al peso, sino que me llevó a tomar conciencia de la alimentación y mejorar mi salud a todos los niveles físico, mental, emocional y espiritual, empezando así un camino de la búsqueda de la felicidad, en el que aún me encuentro.

¿Qué es la cocina macrobiótica y por qué podemos considerarla como cocina saludable?

Comer bien para vivir más y mejor

La cocina macrobiótica utiliza alimentos integrales, de cercanía, de temporada, a ser posible ecológicos y acordes a las condiciones particulares de cada uno. Además recomienda utilizar alimentos vivos y naturales que te aportan energía vital. Entre los alimentos recomendados están los cereales integrales, legumbres, pescados, verduras, frutas, algas, semillas, frutos secos, germinados, encurtidos y bebidas suaves. Al introducirlos el cuerpo se equilibra, y por lo tanto disminuye nuestro apetito por los huevos, los lácteos y los alimentos de origen animal, los azúcares y los estimulantes como café y té. A medida que vamos incluyendo los primeros en nuestro día a día, disminuye el consumo de los menos recomendados o a evitar.

George Ohsawa, el padre de la macrobiótica moderna, basó la dieta en gran parte en la cocina tradicional japonesa. Sin embargo, también recomendó toda la cocina a base de plantas de todo el mundo. La forma macrobiótica de comer combina los alimentos más singulares de las civilizaciones más antiguas del mundo. De hecho, utilizo distintos estilos en mis platos, como la cocina india, tailandesa, italiana, japonesa, árabe…, pero sobre todo la cocina mediterránea. Mi recomendación es que si comienzas una alimentación saludable, elijas una cocina que disfrutes y te apasione. Esto hace que sea más fácil seguirla por su variedad, sin aburrirte. Además, siguiendo las pautas macrobióticas, al ser lo suficientemente amplias y simples funcionan con cualquier cocina.

Aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir nuestros platos:

  • Elegir alimentos integrales, ecológicos y de temporada. Elegir legumbres y verduras, preferentemente la  proteína vegetales como principal fuente de proteína y ocasionalmente usar la proteína animal. Los frutos secos, frutas y pescados serán alimentos complementarios.
  • Usar los 5 sabores el ácido, el amargo, el dulce, el salado y el picante han de estar presente en todos los menús.
  • Formas de cocción: usar diferentes métodos de cocción dependiendo de la época del año utilizando el vapor, salteados, estofados, crudos, etc.
  • Las texturas: la variedad y complementariedad de las formas y las texturas de los alimentos es importante para que la comida sea satisfactoria tanto para la vista como para el paladar.
  • Los colores: combinar alimentos con los colores del arcoíris nos garantiza el aporte de todos los nutrientes que necesita nuestro organismo.

La cocina macrobiótica se adapta a todo el mundo y responde a lo que según la Universidad de Harvard recomienda como una dieta saludable, según la cual, unas pautas dietéticas que consisten en dividir el plato por la mitad y llenarla de verduras y la otra mitad dividirla en dos partes, un cuarto de proteína y el otro de cereal disminuyen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Frank Hu, profesor de Nutrición y Epidemiología dice “No existe una dieta única que sea la mejor para todos”. Lograr patrones saludables ha de responder a las necesidades de salud, las preferencias alimentarias y las tradiciones culturales de las personas.